Tras la desbordada alegría que se vive en el mundo "progresista" (y sigo sin saber qué narices quiere decir esa palabra), por que ya ha llegado el "mesias" a salvarnos, y conociendo los antecedentes y la limitada capacidad de maniobra con que cuenta, hago la siguiente reflexión:
He visto en los últimos meses como por unanimidad se afanaban en poner parches en las ruedas (es un símil), hicharlas a cada rato y otras tantas marrullerías para que sigan "rulando". Y no se me ocurre nada más que lanzar un insulto que lo dejaré en ¡ignorantes!, aún a sabiendas de que del todo no lo son.
Y es que ya no vale jugar con el IPC, el PIB, el IPI, los tipos de interés, la bolsa, el precio del petróleo o el cambio de la moneda. NO.
El sistema está agotado porque, como dice el refrán "se coge antes a un embustero que a un cojo", y esto ha sido mentira, es mentira y será mentira (no entraré en detalles, ¿son acaso necesarios?).
Yo no tengo la receta, ni creo que se pueda resolver en un santiamén; pero cualquier mente normal puede intuir que el "nuevo sistema" ha de pasar por nacionalizar los recursos naturales, incluida el agua, con el fin de evitar guerras e injusticias, y luego tener que hacerlo por "huebos" (ojo que está con "b") como está pasando con la banca, y por estatalizar, quiero decir por situar bajo un control estricto del estado, los cuatro pilares en que se sustenta la actual sociedad: sanidad, enseñanza, seguridad y banca.
Cuidando de que las estructuras o controles que los soporten sean eficaces y eficientes, para que no se conviertan en enormes órganos burocráticos y/o de corrupción (curiosamente la primera nació para evitar la segunda). Y, a partir de ahi, caminar hacia un mundo de gobiernos cada vez más coordinados, tarea tan urgente como necesaria para lograr que haya vida después de la muerte.
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