Y como quiera que "privatización" es sinónimo de "negocio", no nos debe de caber ninguna duda de que cuando la medicina; o sea, la salud y la enfermedad, se convierten en negocio, nada nos puede extrañar que ocurra lo mismo que en cualquier otro campo comercial:
- identificación de "clientes" (no enfermos)
- mantenimiento de "clientes" (no enfermos)
- procesos de elaboración de necesidades de consumo (enfermedades "sencillitas" pero que duren)
- y un largo etcétera.
Todo ello en aras de la supervivencia y crecimiento de las empresas implicadas, que están ahí para ganar dinero.
Por otra parte, al margen de otras razones inconfesables, lo que hace que se privatice la sanidad, o cualquier otro servicio público, es la incompetencia de la gestión pública de la misma. Dicho de otro modo: que los que la gestionan son unos incompetentes; y encima presumen de ello. Lo que no impide que se hagan fotos cuando algún médico nacional protagoniza un avance en trasplantes o en cualquier otro campo, aunque se trate de un asunto puramente privado. Que una foto es una foto, aunque sea en la portada del Play Boy.
No me atrevo a pedir que le plantemos cara, porque o estamos anestesiados o nos han echado algo en el agua, así es que no me queda nada más que desear ¡SALUD!, que la vamos a necesitar.
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