jueves, 15 de abril de 2010

El Mediterráneo y los pálidos del este (a cuento de "El Mediterráneo y los Bárbaros del norte" de Luis Racionero)

Pienso, luego estoy vivo.
Venía andando hace un rato y de pronto me veo venir a un grupo de "orientales" (que si pongo otra cosa parecerá que soy racista; e incluso puede que lo sea), chinos para más detalle, siguiendo a un paraguas plegable rojo (¡qué ignorantes! continúan creyéndose que van tras "lo" rojo). Todos ellos muy obedientes y ordenados, como un grupo de colegiales de colegio de pago, y como movido por un resorte, uno de ellos se adelanta a paso ligero y medio agachado, cámara de fotos en mano, hacia uno de los bancos de la plaza.
Miro con detenimiento el lugar y ¡qué veo! dos palomas follando.
Tras el avanzado chino se precipita otro y otros y al final todos en manada para llevarse en el "chip" la imagen de las dos palomas que, probablemente guiadas por el instinto, las hormonas o la explosión de la primavera, siguen dale que te dale, como haría cualquier ser vivo que encuentra lo que busca y no está dispuesto a desperdiciarlo.
Al final, las palomas se van, supongo que ya han acabado las dos, o por lo menos el pichón (quiero decir la paloma macho) y los descoloridos orientales continúan dándole y dándole al dedo. Al final les quedarán en la memoria del aparatito dos palomas follando y como fondo la puerta de los apóstoles de la catedral, lo cual no está mal; pero tampoco están los tiempos para ir asociando catedral con sexo... quizás en la China no se note, como son tantos.
Y yo pienso (aquí es cuando pienso, por eso he hecho la reflexión inicial), espero que si alguien lee esto también piense. Pero si no tampoco pasa nada, hay tanta gente que no piensa que no se va a notar.
Bueno, pues eso, pienso si es que por aquellos andurriales no habrá palomas, o si es que las que hay no follan, o si lo que pasa es que ellos en su país van a la suya y no se fijan en si las palomas follan o no.
Total que, de ser así, por su bien, espero que su falta de atención al sexo sea sólo con el de las palomas; porque decidme si no como coño son tantos.
Y ahora dejo de pensar y sigo mi camino, que las dos cosas a la vez no puedo, no se, ¿vale?.

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