martes, 3 de noviembre de 2015

RESPETO Y TIMIDEZ

Era muy temprano. Mochila a la espalda subía por la ladera a paso lento, consciente de que me quedaba un largo trecho hasta llegar a la boca del volcán y no debía de desperdiciar las fuerzas.
En estas latitudes el camino puede volverse aún más penoso. Puede comenzar a llover sin consultarte, esa lluvia que no se nota en la piel sino más adentro.
El calor húmedo y pegajoso del casi ecuador ya comenzaba a sentirlo debajo de la ropa.
Ella estaba allí, en esa posición que nunca sabré como describir, haciendo trabajos agrícolas para los que básicamente se valen de las manos, y sobre todo muy concentrada.
Las he visto pasar así horas y creo que gracias a ellas su agricultura les permite comer todos los días.
Un trabajo para el que no sé si hará falta curriculum pero sí un gran espíritu de sacrificio y amor a la vida.
¿Cómo si no?.
No quería violar su intimidad. Me hubiera gustado acercarme y ver su mirada, calcular su edad y regalarle una sonrisa o simplemente eso, mirarla; pero no lo hice y tomé la foto desde lejos, con timidez.
Isla de Java - 2014

domingo, 1 de noviembre de 2015

AMIGOS SÍ, PERO...

Bebía sin cesar y repetía cada plato pasando una miga de pan por él al acabarlo. Cuando la salsa untaba sus dedos los chupaba con fruición hasta dejarlos sin duda libres de bacterias, con los ojos siempre fijos en lo que se llevaba a la boca, hasta bizquear.
Los suyos, claro, porque los de Moddy, una perra alsaciana que reposaba echada a poco más de un metro de él, sin perder detalle de sus movimientos, habían pasado de estar ligeramente achinados y somnolientos, a abrirse como platos primero, y poco después a hacerse acompañar de un arqueado de cejas como solo los perros alsacianos saben hacer.
En vistas de que, al parecer, la capacidad de engullir de aquel homo sapiens era ilimitada y de que en la mesa apenas quedaba nada comestible; Moddy, que se había erguido visiblemente inquieta para analizar la situación con todos sus sentidos desde una perspectiva mejor, emitió un par de hipidos y puso prudente distancia con el sujeto.
Así permaneció unos minutos, hasta que sintió los ojos de él repasando su anatomía con cierta "curiosidad", mientras mantenía en ambas manos un cuchillo de trinchar y un tenedor.  Fue en ese momento cuando Moddy inició un trote decidido para alejarse del supuesto peligro, a la vez que intentaba aliviar su miedo en forma de agudos gruñidos.
No la volví a ver hasta mucho después, una vez tuvo la seguridad de que había desaparecido el peligro.
Yo también me marché de inmediato, casi sin despedirme, tenía un compromiso que atender; aunque una vez fuera olvidé cual era. ¿Será que comparto instintos que desconozco? .

¡Qué mala es el hambre!

GOYA: The portraits, in The National Gallery (London)

(Del 7 de octubre de 2015 al 10 de enero de 2016)
Una excelente exposición. 
Aunque la mayoría de las obras ya las había yo más que contemplado, en esta ocasión me he leído todos los folletos y releído las crónicas de los diferentes medios de comunicación, los cuales no han regateado elogios para éste gran pintor aragonés, para mí el primer impresionista.
Pero de todo lo leído quiero resaltar algunos detalles que, los muy estudiosos del arte han coincidido en tener en cuenta.
Goya retrataba algo más que la cara, el cuerpo, las ropas y en general el gesto de sus clientes; pues al observar los retratos de Goya se puede inferir la personalidad de ellos sin ningún género de dudas.
Resaltan, y estoy de acuerdo (salvo que los historiadores nos hayan mentido), la profusión de retratos a la Duquesa de Alba, con quien tenía una relación "especial", así como con otros miembros de la corte, en la que estuvo durante largo tiempo asentado. Cabe preguntarse si se marchó al país vecino antes de que , no muy espabilados al parecer, se dieran cuenta de que los "desnudaba" vestidos.
Y, voy a transcribir lo que Le Guardian dice respecto del retrato a Fernando VII, del que el retratado se sintió muy orgulloso. Dice literalmente que refleja con fidelidad que el "tal fulano" era impotente, tiránico, vicioso y con poco criterio (poca sesera).
Lo comparto todo, ¿cómo no?, así como lamento haber tenido en el pasado semejante gobernante (sin hablar de su no mejor descendiente). Y, el que estuviera el "VII" tan a gusto con su retrato aún siendo tan evidente lo que dice el crítico del periódico, confirma sin duda lo certero del análisis de la personalidad del mismo.
Dicho esto, repito: la exposición "worth it"