martes, 10 de marzo de 2015

PINTADAS

Hace años que leo las “pintadas”, probablemente desde que se realizan de forma masiva y habitual. Alguna vez me he parado a reflexionar por qué existen, si éxito hasta ahora.
Podría ser un déficit de canales de comunicación no dominados y manipulados al servicio de unos pocos intereses, o cualquier otro motivo no muy alejado de éste, pero hoy no voy por ahí.
A partir de un momento guardo en la memoria la pintada que más me ha llamado la atención, la que más me ha hecho reír y pensar por su verdad dicha de forma simpática. Y ahí sigue hasta que es sustituida por otra que me impacta más.
Hasta hace unos días le daba ese privilegio a una que leí hace años llegando en el tren a la estación de Sants de Barcelona. Eran los primeros años de la democracia y la iglesia católica hacía “gestos” en el mismo sentido. Había que ilusionar al pueblo, cosa para la que no tiene demasiado entrenamiento salvo que sea una vez hayas dejado esta vida. Mandaba en esa organización el cardenal Tarancón. Vicente Enrique i Tarancón, un hombre que hacía esfuerzos por caminar en el mismo sentido que la sociedad. Pues bien, la pintada, junto a varias otras que rezaban: “queremos obispos catalanes”, acercándose a la realidad del momento decía “como somos mayoría los queremos de Almería”.
Pero mira por donde se ha caído del pedestal recientemente desplazada por otra que leí sobre un muro blanco inmaculado en el centro de la ciudad. La que merece ese honor decía así: “la policía protege, la tierra es plana, dios existe”.

A ver cuánto dura…

martes, 3 de marzo de 2015

MENDICIDAD COYUNTURAL

Recuerdo la manifestación en Valencia por el Estatuto de Autonomía, que nos ha defraudado por culpa de "las personas", los 12 millones de votos de Felipe que también defraudaron (juzgar vosotros), y otras manifestaciones de diferente tipo que también han defraudado por muy laxos que seamos en el juicio; sin hablar de las mentiras y la corrupción.
Pero sigo aquí con la esperanza de contribuir a que las personas cambien y con ellas la sociedad. No me rendiré ni tampoco apostaré por los que ya sé que son corruptos, porque en éste último caso sería cómplice.
Pero, dicho esto, mande quien mande, nadie va a resolver nuestros problemas, esos los habremos de resolver nosotros con participación responsable y con solidaridad.
Todos formamos parte del Universo, somos todos uno.
Ayer, en una tasca de Madrid, de pie en el mostrador, vi a un anciano (era con seguridad un mendigo) con la espalda encorvada y los zapatos mojados del día anterior (no se los había quitado), con un abrigo raído y barba de meses, utilizar cuchillo y tenedor con una destreza y una elegancia que sólo se es capaz de tener cuando se aprende de pequeño.

Estemos atentos, porque la vida da muchas vueltas y nos puede traicionar en una esquina.

LITERATURA Y CARÁCTER

La literatura es un espejo en el que se miran los pueblos.
Poner ejemplos sería despreciar el conocimiento sería despreciar el conocimiento de cualquiera que comparta esta reflexión.
Oriente, el mundo árabe, la Rusia comunista y tantos otros nos han dicho más a través de su literatura que en los libros de historia.
Acabo de salir de un teatro en el que se han atrevido a, de forma jocosa, pasar de puntillas por la obra cumbre del manco de Lepanto, sin defraudar.
Mientras venía hacia aquí he repasado algunos momentos de la obra intentando asimilarlos con comportamientos oriundos de la tierra, constatando que coincidían en esencia, salvando las diferencias de épocas que no son demasiadas.
Y, como la mente para poco, eso me ha llevado a otras obras clásicas costumbristas, iconos de nuestra literatura.
El Buscón, El Lazarillo de Tormes, Don Juan Tenorio, La Celestina (¿por qué no?) y otras de menor fama. UY! Se me olvidaba “Vuelva Vd. mañana” de Mariano José de L. Son todas ellas reflejo de una sociedad, desde el punto de vista global; y sus personajes de comportamientos cuyas similitudes con los actuales no dejan de ser curiosos o por lo menos llamar la atención.
En ellas hay pillería y habilidad para conseguir lo que se quiere evitando el esfuerzo físico. Lástima que una sociedad con un intelecto tan activo no haya encontrado todavía el camino de emplearlo de otra manera. Porque si bien no se llega a la delincuencia, la ética y la moral se ningunean , incluso el respeto queda a menudo bastante mal parado.
El esfuerzo y el trabajo, una vez más huelgan por su ausencia.
Recordemos, comenzando por el protagonista cuya obra acabo de ver, que era ni más ni menos que un hidalgo, o como se suele decir “ni chicha ni llimoná”; y de los protagonistas  de las otras obras mentadas, más de lo mismo.
Lazarillo que roba a su amo, Maese Cabra que se encarga de que sus hospedados no necesiten un endocrino, don Juan cuyos objetivos no precisan de curriculum vitae, y la Celestinas que, lejos de los fogones y las actividades artesanas que en su época se les reservaban, buscaba las satisfacciones del alcahueteo.
Vamos que, tanto los mentados como los omitidos nos los regala la literatura como reflejo fiel del carácter de un pueblo.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que sus autores nos dejaran semejantes joyas?, cientos de años. Quién lo diría. No lo parece. Miro a mi alrededor y los veo a todos incluso multiplicados.

Sí, hay excepciones, pero aún así siguen estando todos entre nosotros y posiblemente son mayoría.