Recuerdo la
manifestación en Valencia por el Estatuto de Autonomía, que nos ha defraudado
por culpa de "las personas", los 12 millones de votos de Felipe que
también defraudaron (juzgar vosotros), y otras manifestaciones de diferente
tipo que también han defraudado por muy laxos que seamos en el juicio; sin
hablar de las mentiras y la corrupción.
Pero sigo aquí con la
esperanza de contribuir a que las personas cambien y con ellas la sociedad. No
me rendiré ni tampoco apostaré por los que ya sé que son corruptos, porque en
éste último caso sería cómplice.
Pero, dicho esto,
mande quien mande, nadie va a resolver nuestros problemas, esos los habremos de
resolver nosotros con participación responsable y con solidaridad.
Todos formamos parte
del Universo, somos todos uno.
Ayer, en una tasca de
Madrid, de pie en el mostrador, vi a un anciano (era con seguridad un mendigo)
con la espalda encorvada y los zapatos mojados del día anterior (no se los
había quitado), con un abrigo raído y barba de meses, utilizar cuchillo y
tenedor con una destreza y una elegancia que sólo se es capaz de tener cuando
se aprende de pequeño.
Estemos atentos,
porque la vida da muchas vueltas y nos puede traicionar en una esquina.
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