viernes, 19 de julio de 2013

NEGRO

Cuando decidí nacer tuve que pactar algunos detalles. Yo no quería ser exactamente así. No, no es que esté descontento, en absoluto, pero todo es mejorable.
Una de las cosas importantes a las que tuve que renunciar fue al color de la piel. Yo quería ser negro. Sí, negro como el betún, pero mi padre no lo hubiera aceptado. La familia tampoco. Y es que ni en la familia de mi madre ni la de mi padre había (ni hay) ningún negro; él tampoco. Y probablemente se pensaba que no iba a ser bien visto en el pueblo. Además, no hacía mucho, había pasado por allí Antonio Machín a dar un recital y, claro, podría dar que pensar.
Como he escrito antes, yo quería ser negro pero no por capricho; quería ser negro porque tiene muchas ventajas. A saber, soportan mejor el sol, no tienen problemas de quemaduras en la piel por esa causa, no se suelen quedar calvos, les pican menos los insectos y, de noche, pasan desapercibidos. ¡AH! coño, lo más importante, tienen el sexo más grande (¿cómo se me podía olvidar eso con lo importante que es?), lo que supone un argumento de peso (y longitud) a la hora de relacionarse socialmente. Y el hombre es un animal social. Tampoco es necesario dedicarle a esto más tiempo, es algo que todo el mundo sabe, intuye o imagina.
En el tiempo y lugar que me ha tocado vivir no hay grandes problemas de racismo, sobre todo si la situación económica es buena o muy buena. Ya no se dice ni en broma eso de que las tres cosas blancas que tiene un negro son los ojos, los dientes y el amo. No, nada de eso. Como prueba ahí están Estevie Wonder (y eso que además es ciego), Coby Brian, Bing Crosby y otros tantos, sin olvidar a Encono, el legendario portero del Español, que tenía que jugar con pantalón más abajo de las rodillas.
Pero aún así, aquí estoy, más feliz que un mosquito en mis tobillos, embadurnándome todos los días de crema solar, con gorra o sombrero hasta para ducharme y, por las noches, poniendo a prueba a los fabricantes de repelentes de insectos.

¡Ay papá! por qué no me dejarías ser negro.

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