martes, 14 de julio de 2015

POR EL PLANETA

En la actualidad, ya en siglo XXI, en una sociedad individualista e insolidaria (valga la redundancia), dominada por criterios casi exclusivamente económicos (creo que me he excedido en el casi), el antes ser humano y ahora sólo ser, libra una lucha con el entorno (¿qué será eso del entorno?) por su supervivencia. Lucha para la que no ha sido entrenado, encontrándose además diezmado (quizá absorbido)  por los artilugios tecnológicos que lo obnubilan, al modo que nos cuentan que los legítimos habitantes del continente americano lo fueron por los abalorios de los invasores.
En esa lucha desigual, quizá peor a la librada por los siervos de la gleba o antes por los esclavos del imperio, hay pocas opciones por lo que urge una reacción.
Dejar de retroceder como primer objetivo y utilizar las contradicciones del sistema para de un modo so-li-da-rio doblegar la traición sin escrúpulos inmediatamente después.

Debemos volver a ser humanos, si no por nosotros al menos por el planeta.

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